Con motivo de las celebraciones del Día Internacional de la Manzana en Villaviciosa, se celebró ayer en el Ateneo Obrero de la villa maliaya una mesa redonda para debatir las oportunidades futuras de cumplirse el esperado nombramiento de la cultura sidrera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Una ocasión en la que se puso en común las opiniones de los campos implicados que fomentan, en equipo, la cultura sidrera. «De cumplirse, son sectores que se van a ver especialmente favorecidos, sería una oportunidad de expansión y consolidación de una cultura y una tradición identitaria, con relevancia milenaria y que está muy viva», destacó Luis Benito García, director de la Cátedra de la Sidra, a la par de impulsor de la candidatura.

Fue él quien moderó el encuentro en el que participaron Víctor Ramos, presidente del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias y llagarero; Guillermo Guisasola, cosechero acogido a la DOP y expresidente del consejo regulador; y José Luis Álvarez Almeida, presidente de OTEA.

Por partes, cada uno de ellos expresó su visión de cara a los años venideros. La revalorización a nivel mundial de la sidra DOP unía la opinión general, poniendo la raíz «en las manzanas plantadas aquí». La función del nombramiento, especificó Guisasola, es «proteger una manifestación cultural que es auténtica, genuina, pero en riesgo de desaparecer; de conseguirlo, potenciará la manzana asturiana y la sidra con denominación, no cualquier sidra, porque la hecha con manzanas de fuera no debería entrar».

El siguiente paso lo darán los llagares asturianos; una «parte importante», según Ramos, para «proteger un producto que vincula a todo un territorio, el medio rural, los pomares y, al final, las sidrerías». Amparados por la Unesco, todo se uniría en su conjunto para conseguir la sidra DOP que «lo contiene todo» y que, como «elaboradores», es misión nuestra «preservarlo».

La última expresión misma de esta cultura, añadió Almeida, es el escanciando, «la exposición pública de un producto que se visualiza en nuestras sidrerías, fiestas de prao y espichas». Al igual que los demás, puso en valor el sector hostelero con su papel de cara la publicidad que se hará del patrimonio y de la sidra DOP, «a través de un gesto que es muy nuestro».

En general, concluyeron los tres, la visión futura tras el nombramiento iría más allá del turismo gastronómico o «aparecer en el mapa», sino que conllevaría una clara «mejora del sector primario en Asturias»; con el deseo de ver aumentar la producción de manazas, la elaboración y, finalmente, revitalizar el campo asturiano.

Comparte en: