El escanciado de sidra es una de las señas de identidad que mejor representa a Asturias en el mundo. Esa imagen constituye un poderoso símbolo de nuestra tierra, en el que nos reconocemos y por el que nos identifican los de afuera.
No importa qué lejanos países acojan a nuestros hombres y mujeres, ni el tiempo transcurrido ni los avatares que la vida imponga: la sola imagen de la sidra rompiendo contra el cristal evocará en cualquiera de nosotros una mezcla de sensaciones y sacará a la superficie de la memoria tantas emociones asociadas a ese ritual.